Parece que la competición es, por definición, una privación de otros aspectos como el estudio o la diversión. Para comprobar si esto es así, qué mejor que la opinión de los deportistas.
En primer lugar, hay que tener muy claro lo que se está haciendo. Los que conocemos el esquí de fondo sabemos que es un deporte muy duro, porque requiere mucha preparación tanto física, como técnica. Por tanto, hay que asumir que tenemos que dedicar muchas horas a la semana para el entrenamiento. Pero ¿esto significa que no podamos estudiar lo que queremos, irnos a la playa o salir con los amigos de siempre? Claramente no. Una vez que tenemos claro que, efectivamente, es lo que queremos, lo demás viene prácticamente solo.
Una vez que se tiene claro lo que se quiere, hay que ponerlo en marcha de manera organizada. Es cierto que, para poder compaginar todo, hay que ser responsable y constante, pero cuando se tiene la motivación necesaria esto es pan comido.
A pesar de nuestros esfuerzos, ¿cuántas veces nos habrán dicho en el colegio que con tanto viaje no nos sacaríamos bachillerato? ¿Cuántas veces habremos escuchado que sin asistir a clase no podremos acabar los estudios que queremos? Pues sí se puede.
Claro está que es necesario madrugar y organizarse. ¿Cómo? Si sabemos las horas de entrenamiento que tenemos que completar todas las semanas, podemos dividirnos el tiempo. No vamos a especificar cuántas horas es necesario estudiar a diario, porque dependerá de los estudios y de la capacidad de concentración de la persona, entre otras muchas cosas, pero perfectamente podemos sacar, al menos, cuatro o cinco horas de estudio casi diario. En concentraciones, y sobre todo, en periodo de competición, es más difícil sacar tantas horas al día, porque la concentración en la carrera y el cansancio hacen más difícil centrarse en el estudio. Sin embargo, si desde el principio de curso nos hemos organizado bien, nos podremos permitir bajar el ritmo de estudio en las semanas más duras. Además, hay centros y universidades que ofrecen alternativas a la clásica formación presencial, que permiten estudiar a distancia, teniendo que asistir a clase un par de días al mes o únicamente una vez por semestre para hacer los exámenes presenciales. En el siguiente enlace tenéis una lista de las universidades españolas que ofertan cursos de estas características: http://www.altillo.com/universidades/universidades_espol.asp .
Por otro lado, nos podemos matricular de las asignaturas que nos creamos capaces de sacar. Es decir, si vemos que no disponemos de tiempo para aprobar cinco asignaturas por semestre, podemos probar con dos, por ejemplo. Cada uno tiene que ir al ritmo que le vaya bien, si estamos en este deporte porque así lo queremos, no tenemos prisa.
Pero hay otro tema que para muchos también está reñido con la competición: divertirse con los amigos. Yo mismo he escuchado repetidas veces que me estoy perdiendo muchas cosas, y en respuesta a esto, tengo que decir que aunque puede que me esté perdiendo algunas cosas tengo otras que me reconfortan mucho más y que puedo hacer lo mismo que hacen los demás, pero con medida. Evidentemente un deportista no puede acostarse cada fin de semana a las 6 de la mañana, porque probablemente tenga que entrenar al día siguiente, y porque ese ritmo de vida acabaría perjudicándole. Pero tampoco está prohibido salir. En este aspecto hay que ser igualmente responsable, y aceptar que si se ha de entrenar al día siguiente, hay que estar descansado. Sin embargo, podemos disfrutar del tiempo de ocio con los amigos, compañeros o familiares, viajar y divertirnos como todo el mundo hace. Muchas veces el problema es que hay gente que no comprende que nos ausentemos en invierno, o que prefiramos sacrificar una noche de salir por entrenar al día siguiente.
En resumen, que con ganas y con esfuerzo se puede compaginar todo. Así que animamos a todos a que no dejen de estudiar lo que quieren y que cuiden a los amigos, porque todo se puede hacer si se organiza bien mientras que estamos haciendo el deporte que más nos gusta.
